miércoles, 28 de diciembre de 2011

Perdí la cuenta de las veces que evoqué ese recuerdo, en el que me mirabas a medio camino entre el deseo y el odio queriéndome decir sin palabras que nunca te dejara marchar. Sonreías como si sólo existiese el presente, una habitación destartalada de adolescente con la música de REM adherida a cada centímetro de la pared, las persianas bajadas protegiéndonos de interrupciones indiscretas, esas sábanas como testigo de nuestra complicidad y un desorden permitido entre las prisas por habernos dejado amar. Te bajaste de la litera, emprendiste un camino con regreso a mis brazos, dispuesto a regalarme otro momento de felicidad mientras yo disfrutaba de tenerte lejos pero demasiado cerca, admiraba tu cuerpo, me quedaba prendada de cada palmo de tu piel y cerraba los ojos intentando convertir ese momento en eterno.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Constancia...

Aprovecho un momento, el silencio de la noche madrileña que coincide con el silencio de mi propio cerebro después de unos dias, semanas, meses... (perdí la cuenta) de intensa actividad mental, para sentarme a escribir aquello que se remueve en mis entrañas. No es nada del otro mundo es una pregunta que se me repite a menudo y a la cual aún no le he contrado una respuesta convincente ¿qué hace a una persona persistir en su esfuerzo por conseguir una meta? Son muchas las teorias que hablan de motivación, de necesidad, de sacrificio, de personalidad... pero quiénes de todos los que dieron forma a esas teorías se han parado a observar a la gente que realmente está luchando por sus sueños... Triatletas que entrenan al año más días de los que descansan, investigadores que apartan la mirada del microscopio sólo para alimentarse, personas en paro que llaman una y otra vez a todas las puertas que se encuentran por su camino, opositores que dejan a un lado su presente en busca de un futuro mejor... Estoy convencida de que todas estas personas tienen algo en común, algo que les mueve a no tirar la toalla, a luchar cada día como si no hubiese un mañana, a levantarse a diario y sonreír porque la vida tiene sentido cuando se tiene un objetivo y se pone alma y mucho corazón en intentarlo alcanzar.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Dame un segundo al día para escuchar el silencio, para disfrutar del mar en calma de mi memoria, para entregarme a la nada más pura que asoma entre las rejas de mi balcón.

Dame un segundo para respirar hondo sin sentirme presa del suspiro que se ahoga en mí, para acallar las voces que andan apresando a mi imaginación.

Dame un segundo para olvidarme de pensar en lo que vendrá, para agarrarme al aquí y al ahora sin miedo a tener la sensación de vértigo ante la inmesidad.

Dame un segundo para cerrarle la puerta al mundo, para aliarme con la luna sin traicionar al sol, para sumergirme en la pasión sin aprisionar a la razón.

martes, 1 de noviembre de 2011

Mi faro de guía

Cuando se agolpan en la cabeza mil pensamientos sin sentido consigues resolver mis dudas invitándome a un lugar en el que el poder parar caminando despacio, disfrutando del olor a mar, del sonido de las olas a la sombra de un faro. Llevas años siendo mi consejera, mi confidente, mi amiga, mi guía... llenando de luz los dias en los que la felicidad era bien recibida y alumbrando los dias de tinieblas en los que eran muy sencillo sentirse perdida.



A cada paso, allí te encuentro y sé que contigo siempre cuento.

jueves, 13 de octubre de 2011

#luzdeotoño


Parece que el verano y el otoño andan jugando al escondite como niños en la plaza del pueblo. Se dan la mano, uno se la queda durante unos minutos y a la nada le pasa el turno al otro.





Algunos árboles ya visten de otoño y otros se aferran al verde más habitual de la primavera que de esta época del año. Las maravillas de la naturaleza hacen que la luz de otoño tenga ciertos aires veraniegos.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Dosificar un buen libro...

Detesto vivir en Ronda sólo por tres razones, no hay una tienda de discos, las películas se estrenan cuando todo el mundo ya las ha visto y los libros tardan semanas en llegar…

Después de un par de visitas frustradas a la librería una tarde, como otra cualquiera, me llegó un mensaje al móvil “ya puede acercarse a recoger su libro”, sin pensarlo dos veces me vestí rápido y acudí a mi cita, miré de reojo mi tesoro y lo mantuve bien cerquita de mí hasta comprobar que no había nadie cerca y lo olí, me quedé con su olor en mi memoria y empecé a leer desde la contraportada, centrándome en la dedicatoria, hasta el punto y final del primer capítulo. Llevaba semanas viendo en internet fotos de personas de toda España con su libro a cuestas y yo no iba a ser menos, lo llevé a uno de mis sitios favoritos y orgullosa dije “Por fin Sexo en Milán ha llegado a la ciudad soñada”.




Entre rato de estudio y un poquito de ejercicio iba disfrutando de la sensación de dosificarse un libro, de empezar con mesura al principio, llegar a un punto de inflexión en el que sólo te apetece leer más y más y parar justo en ese momento en el que llegas al último capítulo. Me encanta macerar en sueños lo leído, despertarme al amanecer con una sonrisa y saber que al final del día iré a ese rincón mágico a darme una recompensa.




Justo en el fondo de la foto, en aquel templete el que he visto los mejores atardecer del mundo, me sentaré a beberme el final de un libro que he contemplado de principio a fin mientras he reído a carcajadas, me ha emocionado al sentirme identificada, he sentido un pellizco en el interior y con el que ha dado las gracias a la vida por ser mujer.

Belleza...

"A veces hasta la flor más bella se encuentra encarcelada"

miércoles, 21 de septiembre de 2011




Cuando bajaba la escalera he estado a punto de resbalarme y por arte de magia mis neuronas han empezado a conectar recuerdos y una imagen se ha quedado fija en mi retina tan real como si la estuviese viendo justo en ese momento. Una tarde de verano muy calurosa estaba sentada en una cafetería con una buena amiga, absorbiendo a sorbos pequeños una conversación sobre el ayer, los mismos temas de siempre que hacían que el café se alargara durante horas. De repente, como si el cielo se hubiese cabreado con su peor enemigo empezó a caer un gran chaparrón. Mientras estábamos viendo llover con la seguridad que da está bajo techo, los rallos interrumpían la conversación y hacía que nos mirásemos asombradas analizando cómo era posible tal tormenta en pleno mes de julio. Una auténtica gozada disfrutar de los caprichos de la naturaleza con una conversación pausada, íntima, como si las agujas del reloj se hubiesen caído a la basura y nada ni nadie pudiese cortar aquella complicidad. Por cada crujido del cielo en forma de trueno un escalofrío nos recorría la espalda, con disimulo subiendo hasta el mismísimo cuello y se transformaba en miedo, un miedo como el de los niños que nos hacían abrazarnos cuando se iba la luz en casa. Ahora... cuando el verano ya está dejándole un hueco al otoño, me pregunto en qué cajón de mi memoria se guardaran esos preciados recuerdos que hacen que no deje de soreir por saber que hubo alguien, al otro lado de la mesa, dispuesta a disfrutar de un café de horas en compañía de una tormenta de verano.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Ella, la flor más bella del jardín

Era una sensación casi unánime en el Centro de Día, una mezcla de desazón y desconsuelo con pequeñas dosis de incertidumbre. Nadie podía haberse imaginado cómo de la noche a la mañana iban a tener una baja, sin previo aviso, sin nada que hicese suponer tal decisión, cómo era posible se planteaban todos los que estaban allí... De lejos se oían comentarios hirientes sobre tal desaparición, ella, la flor más bella del centro, había sido trasladada a un asilo, a una ciudad distinta por una carretera de curvas y baches como los que le esperaban al llegar a su destino.




Un cuarto desconocido, sin rastro de viejas historias, sin nada familiar a lo que aferrarse en un momento de lucidez, una cama que en nada se parecía a la suya, una mesilla de noche con una lámpara con una luz ténue y una mecedora que tenía su propia melodía incorporada y que le recordaba, eso sí, a la que tenía en su casa cuando era niña y su madre la mecía para que se durmiese tranquila. Grandes pasillos, blancos sin rostros de vida, y un comedor con caras desconocidas que a los pocos dias se volverían vecinas e incluso amigas.




Lo mejor de todo aquello, para ella, era el jardín con un aroma particular y flores de todos los colores, tamaños y formas. Era espacioso, tenía bancos en los que compartir charlas y confesiones. En ese rincón, apartado de la realidad inmediata, se sentía viva, podía recordar cuál había sido el motor de su existencia y cómo podía disfrutar de nuevo hogar, alejada de todos los miedos y dejándose invadir por una nueva felicidad, volver a nacer a los 78 años.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Rondeña, taurina y artista

Nadie como ella suspende en el alma su sentimiento para abandonarse a la esencia de las calles rondeñas dónde el ayer y el hoy se dan la mano en cada plaza, en cada monumento, en cada pisada del caminante que dejó su huella en la ciudad soñada.

Nadie como ella es capaz de disfrutar de una buena corrida, de valorar el arte del toreo, de apreciar la pureza, la inspiración y la profundidad de un genio que se deja la piel mientras pisa con garra de fiera y temple de artista el albero de la plaza grande.

Nadie como ella es capaz de darle un capotazo a unas alegrías y dejar prendido en el aire un quejido de voz mientras ahoga en la garganta un suspiro cuando se arranca de las entrañas una soleá.

Nadie como ella es capaz de aúnar pasiones y de decicarle cada minuto de su existencia a ser simple y llanamente rondeña, taurina y artista.

miércoles, 24 de agosto de 2011

"Canción de adios"

Pensando en tus abrazos andaba cuando te vieron paseando de la mano con alguien distinto a mí y justo en ese instante una melodía, como por arte de magia, se cruzó en mi camino "canción de adios". Mientras recomponía mi rostro e intentaba dar forma al sentimiento, sonaba de fondo como una auténtica premonión "fuiste la luz de mi vida y mi musa preferida pero todo se acabó". Había que decirle adios a las palabras mudas, a ese nudo en la garganta que ahogaba mi voz no pronunciada cuando te tenía cerca. Había que decir adios cuando aún tenía el olor de tu cuerpo metido en mi entraña... Mis pensamientos alcanzaban la velocidad de la luz cuando apareció el último trozo de canción "fuiste el día que me quieras..." un día que ya no me regalará ninguna canción de bienvenida porque hoy firmo como Melodía esta canción del adios.

domingo, 21 de agosto de 2011

¡Felicidades pequeña!

Mantengo que dos personas que se conocen en un momento delicado de sus vidas, que empiezan a hablar con una coraza, mucho dolor de por medio y una careta a los ojos del mundo acabarán siendo amigas, matizo, muy buenas amigas. Y parece que fue ayer cuando ándamos escondidas, con miedo y disimulando nuestra fragilidad encima de los tacones... en aquel momento no sabíamos todo lo que se nos venía encima pero sí que intuíamos que algo especial iba a pasar con nosotras. Han sido muchas llamadas de horas y a deshora, muchas palabras de consuelo y de ánimo, muchas las pequeñas metas conseguidas, muchas luchas compartidas encontra de nuestros pensamientos negativos, muchos secretos desvelados, muchas risas y menos lágrimas, pero sobre todo mucha, muchísima, complicidad...


Así que, no podía esperar a que te llegara mi regalo y he pensado felicitarte de otra manera, haciendo mío este trocito de un artículo de Amalia Enriquez, todo tuyo amiga:


"Ella es de esas amigas que siempre resalto: las que, en los buenos momentos, viene cuando se le llama y, en los malos, viene sin ser llamada. Siempre está ahí. Sabe interpretar mis miradas,entender mis silencios, perdonar los errores, guardar secretos, prevenir las caídas y secar las lágrimas"

sábado, 13 de agosto de 2011

Milán...

No tenías que leerme el pensamiento, tan sólo debías quedarte sentado en el banco de la paciencia con los ojos cerrados y disfrutando del olor a tierra mojada, mientras en el cielo hasta las estrellas querían unirse a la lluvia y cantar serenatas hasta el amanecer.

No tenías que mirarme a los ojos sino disfrutar de ese aire fresco mezclado con los aromas del ayer, un ayer en el que me hiciste la promesa de quedarte a mi lado, esperando hasta que yo me atreviera a lanzarme al infinito y dejarme caer.

viernes, 6 de mayo de 2011

"Paseo de los ingleses" 24 de Abril 2011




Caminar con el sonido del viento de fondo, brindarle un homenaje al silencio, dejarse cautivar por la maravilla de una vista, sopesar los malos momentos y poner en un lado de la balanza los buenos, quererse a pesar de los años y gracias a ellos, anunciar un mañana juntos y subrayar y poner en cursiva un pasado a compás del tiempo.

domingo, 24 de abril de 2011

Feliz día del libro (con retraso)

Un libro y una flor, una tradición preociosa para celebrar el día de San Jordi. En la foto de la izquierda mi propia celebración del año pasado, disfruté del olor de las rosas, me compré un par de libros y visité a una gran amiga.












Este año tendré que esperar a que llegue a la librería "Para Ana, de tu muerto" (Nuria Roca y Juan del Val), un libro escrito a cuatro manos y dos cerebros. Es el mismo libro que se ve en la foto de la derecha, que alguien aventajado ya puede bebérselo mientras escucha el sonido de las olas.


martes, 12 de abril de 2011

La lectura...

Porque internet ofrece posibilidades sin límites, porque la voz de mi conciencia me grita que estudie pero la voz de mi alma se lo impide pues sólo puede atender a un nuevo descubrimiento online, "escrito en un instante": libros de arena, regalos del sábado, un cuaderno en el agua... (Antonio Muñoz Molina) Se me pasan las horas, me dejo atrapar por la literatura, por la magia de las palabras bien enlazadas, por la maestría de los grandes, por el saber contar de los que llevan toda la vida haciéndolo. Mi mente vuela, se deja llevar por sus historias, las visualiza, es capaz de oler lo cuentan, de saborear lo que callan, de intuir lo que quieren transmitir. Me quito el sombrero pongo de melodía al mejor de los aplausos y me permito seguir disfrutando, sólo por hoy, de la belleza de la lectura.

miércoles, 6 de abril de 2011


Sé que estás ahí, detrás de esa sonrisa tímida y en ocasiones distantes, detrás de ese escudo que te protege de los demás, sé que tu mirada brilla cuando miras una flor aunque apenas te alcance la vista para ello y que eres capaz de descubrir la maravilla de la naturaleza. Sé que te agarras a mi brazo, que confías en mí sin apenas conocerme, pues me dejas ser tu guía y me enseñas a hacerme pequeña cuando estoy a tu lado. Trazas líneas, coloreas recuadros, transformas mi día, me devuelves la sonrisa y me haces creer en el poder de la magia. Te inclinas, me miras y yo descubro que aún queda algo de lo que fuiste en un tiempo pasado aunque yo ni siquiera te conociera.


Puede que tus neuronas estén siendo arrasadas, pisoteadas y obligadas a no responder a una señal y puede que tu cerebro ande jugando al escondite con la vida y la muerte pero sé que hay algo grande detrás de todo ello, que eres capaz de iluminar un día gris, de hacer menos caluroso los primeros dias de primavera, sé que en tu ser queda ilusión por ganarle la partida a la vida, por triunfar por encima de cualquier dificultad y sé que todo lo que tienes ahora no le hace sombra a todo lo que eres.


Quiero seguir viéndote crecer hacia atrás para yo poder crecer hacia delante, para hacerme grande cuando tu empieces a ser pequeña de nuevo; quiero que me permitas darte la mano y acompañarte para que me enseñes cuánto de bueno hay en que los dias vayan hacia atrás, para que me expliques que en la pérdida siempre hay algo que queda conservado, los sentimietnos más puros, la lealtad más sagrada, el respeto por la vida y las ganas de seguir amando.

lunes, 21 de marzo de 2011

"Hay tantas cosas que no son buenas"

“Hay tantas cosas que no son buenas” decía más para sí misma que para su interlocutor, sabía que se estaba arriesgando a provocar una de esas conversaciones que duelen y que no pasan desapercibidas así cómo así, por ello haciendo uso de su retórica más enrevesada consiguió hacerle hablar, desnudar su alma y confesar que una de esas cosas no tan positivas es la soledad… Compañera de viaje en muchos momentos de la existencia, a la que odiamos profundamente cuando es impuesta y a la que deseamos fervientemente cuando la vemos como la mejor solución a nuestro desastre interior. Esa que nos permite tomar distancia de los problemas, analizarlos como si no estuviéramos inmersos en ellos y la que incita a tener un duelo con nosotros sin que nadie más esté presente. No es que la rechacemos conscientemente es que la anhelamos inconscientemente porque nos permite pensar con claridad, en una habitación con la única compañía de uno mismo. Tampoco es fácil aceptarla, muchos ni siquiera saben de su existencia, por suerte o más bien por desgracia, ignoran la maravilla de su presencia y huyen de ella para no enfrentarse a la realidad, su realidad. Es duro estar solo, pero es más duro sentirse solo, no tener a nadie con quien compartir tus sinsabores o tus triunfos o no encontrar ese “otro” en todas las personas que te rodean. Puedes retarla, puedes pisotearla, puedes incluso hasta vencerla pero nada ni nade te impedirá que te cruces con ella un instante para que aprendas a valorar lo que tienes, lo que eres y lo que sientes estando contigo mismo a solas.

viernes, 18 de marzo de 2011

Ser periodista en el siglo XXI

Ataviada con la templanza que da la conciencia tranquila, engalanada con la belleza de una profesión que lleva por bandera, condenada a esconder parte de su cuerpo por respeto a otra religión y con el arma más poderosa del mundo, la palabra, acudió al encuentro dispuesta a obtener una verdad transparente y sin reservas o una opinión de alguien que dicta de ser lo que en occidente se entiende por buena persona. Cuánto más insistía en preguntar más en contra estaba su oponente, derrotado por la fuerza de aquella voz de mujer que mirándole a los ojos exigía respuestas. Como cuando un animal se ve enjaulado e intenta defenderse atacando, él intentaba salir del enredo devolviendo cuestiones subidas de tono y en las que atacaba a su contrincante y al país que ella representaba, remontándose a una historia pasada transgiversada a su manera y que impedía a la periodista hacer su trabajo. No se amilanó, no ocultó su rostro cuando era lo que se esperaba de ella, siguió adelante y completó una de las entrevistas más difíciles de su carrera.

lunes, 14 de marzo de 2011

Autodestrucción


Es la lucha constante por dar el cien por cien lo que te hace perderte en el intento, es esa competición con una misma la que te impide crecer, es ese deseo de mejorar por encima de cualquier cosa lo que desequilibra la balanza, es la búsqueda de la perfección lo que te lleva a la autodestrucción. Una perfección que te ahoga y te asfixia, que te ata y te remata, que te hunde en el fango y destruye cuanto de belleza había dentro de ti. Una autodestrucción con forma de voces en tu cabeza, con mensajes chantajistas que distorsionan la realidad, afilan la navaja y la dirigen hacia lo más hondo de tu ser, voces exigentes, prepotentes, inteligentes y vengativas con un solo fin que caigas en la tentación y comiences a creértelas, a ponerlas como lemas en tu vida y como motivo de ser en el mundo. A pesar de las voces y de la búsqueda de la perfección diaria, llega un día en el que te miras en el espejo y no te reconoces, has dejado de ser un cisne y ya sólo aparecen plumas negras; puedes ver un brillo en tus ojos, una gota de esperanza en el reflejo de tu imagen en el espejo. Sólo una señal apenas perceptible pero que te hace cambiar de chip, redirigir el rumbo e incluso cambiar de dirección e iniciar otra búsqueda, bien distinta a la anterior, que te permita soltar las alas, esconder las plumas negras, cambiarte de maillot y teñirlo de blanco, blanco puro, blanco esencia, blanco libertad…

viernes, 4 de marzo de 2011

PURA INSPIRACIÓN


Almería, una ciudad que me acoge gratuitamente, me hace formar parte de ella y me invita a quedarme siempre que piso su tierra, huelo su olor a mar y me dejo invadir por la magia de su gente…


Me he pasado la vida haciéndole fotos a los paisajes a través de mis manos… es cómo tocar el cielo con los dedos, cómo sentir que se es un pájaro libre en un mundo que tiende a hacernos presos, es cómo acariciar el aire y quedarte con las vistas grabadas muy dentro

martes, 1 de febrero de 2011

La quería...

Allí estaba por fin descansando con el cuerpo tendido sobre un lugar cómodo, mullido y acogedor, reposando las ideas, calmando la ansiedad constante que días atrás había inundado sus días. Sin mediar palabra, sin hacer el más mínimo gesto que delatara su profunda crispación escuchó el teléfono y como si algo dentro de ella le anticipara una triste noticia pasó la llamada a la otra persona que llenaba sus días de felicidad. Un nombre, un final, una vida acaban de esfumarse como si nada… Otra vez… promesas incumplidas, sueños rotos, visitas frustradas, cariño sin derramar y un profundo afecto si poder ser depositado en ese ser del que sólo guardaba buenos recuerdos. De nuevo y al mismo tiempo que escuchaba como se colgaba el teléfono, su mente se puso en marcha a un ritmo vertiginoso, enlazando un pensamiento con otro, aireando las malas emociones y traduciéndose en dos lágrimas que corrían por su cara como si temieran ser cogidas presa. Nada podría hacerla que se pusiera en marcha, excepto una cosa un buen olor a café y ese sabor mezcla de amargo y dulce sintiéndolo por su garganta. Así fue, agarró fuertemente la taza, volcó en ella sus miedos, fue capaz de dejar atrás el cansancio que la tenía tumbada en el sofá y revivió para acompañarla en su último día. Acudía al lugar que tanto detestaba con un pensamiento en su cabeza, la quería, como se quiere de verdad a una persona, sin dobleces, sin exigencias, con respeto y con una profunda admiración. Un cariño sincero que había cedido el paso al dolor de ver como alguien puede abandonarse en vida, porque ve caer empicado lo que con tanto esfuerzo ha intentado construir a lo largo de tantos y tantos años. Ese dolor que sentía al verlo en sus ojos, en su piel, en su voz… le acobardaron, le hicieron retroceder, guardarse el cariño en el bolsillo y ceder al poder de la adaptación, dejar de verla por el puro egoísmo de quedarse con una imagen mejor, con la historia pasada, con los momentos vividos, con la ilusión de abrir un regalo el día de su cumpleaños, con esa sonrisa y esos abrazos en casa, sentadas al brasero, dejándose inundar por sus vivencias, por su manera de ver la vida y de entenderla hasta al final. Al llegar a casa al cabo de las horas comprendió que no podía dar marcha atrás en el tiempo para decirle que la quería pero estaba convencida, o al menos se empeñaba en estarlo, de que ella lo sabía, que lo había intuido por sus visitas, por su sonrisa y por el brillo de su alma al sentirse agradecida por haber podido tener un hueco en la historia de su vida. Con ese pensamiento mucho más tranquilizador consiguió dormirse y macerar las emociones con la almohada hasta que la semana diera la bienvenida a una nueva. Descansó, sin dejarle un hueco en sus sueños al remordimiento ni a la culpa, sólo a la satisfacción de haber hecho todo cuanto estaba en su mano para demostrarle cuánto la quería.

domingo, 9 de enero de 2011

Reescribiendo: "Memorias de una geisha"

Todavía guardo entre mis objetos más preciados ese pañuelo blanco con tus iniciales grabadas, me gusta cogerlo entre mis manos, acercármelo a la nariz y dejarme invadir por su olor, me hace sentirme a salvo, un poco menos niñas y quizás, por qué no, un poco más mujer. ¿Cuántas veces lo saqué y lo desdoblé con cuidado?, ¿cuántas noches lo metí debajo de mi almohada para deshacerme de un mal sueño?, ¿cuánto tiempo hace de todo aquello?. Puede que hayas olvidado aquel encuentro, en esa plaza junto a esa fuente, fuiste capaz de detenerte y con tu parada conseguiste congelar mi tiempo, fuiste capaz de dejarme anclada en un recuerdo que me serviría de guía para construir mi futuro. Sí, ya me hice mayor, fuí dejando ese uniforme de aprendiz y me dejé vestir con esa prenda que deja a muchos boquiabiertos, a muchos pero no a ti. Nos hemos cruzado, hemos compartido el mismo espacio y ni siquiera has sido capaz de mirarme, de detenerte como tantos años atrás y dejarme que sea yo la que te enseñe que aún sé conseguir que un hombre se sobrecoja de ternura. Todo el camino lo he recorrido en tu búsqueda, en demostrarte que he crecido y que ha sido gracias a ti, a tu pañuelo y a su olor. Me parecía mentira que para ti hubiese pasado desapercibida hasta que me fijé en que tú también me mirabas de reojo y me buscabas cuando yo andaba pensativa en mil historias. Sí... tú también me habías estado esperando y querías compartir conmigo el resto de tus dias en los que, espero, me permitas ser feliz a tu lado.