jueves, 30 de septiembre de 2010

Mi espacio...

Una mesa grande y espaciosa en la que hay sitio para todo y no sobra nada... colores muchos colores esparcidos por ella y uno en especial casi gastado de tanto usarlo (verde), luz a ambos lados de la mesa con una bombilla azul a la izquierda y otra blanca mirando en direcciones opuestas, un atril coronado con apuntes antiguos que sirven para completar los maravillosos apuntes de CEDE. No puede faltar una taza de café que aunque vacía sigue desprendiendo su aroma. Una velita para dar sensación de calma y un quemador de aceite con olor a eucalipto para respirar bien. Las nuevas tecnologías, movil y ordenador con conexión a internet, son la ventana al mundo exterior. La ventana real está situada en frente de la mesa para que haya claridad y me indique el tiempo que hace en la ciudad soñada. Una silla giratoria para desplazarme por toda la habitación que parece cómoda hasta que llevas 8 horas sentada en ella. Una librería medio completa que me permite transportarme a otros mundos, realidades o historias cuando la atención decae como para seguir estudiando y ya es la hora de cambiar de actividad. Como no, una cama gigante para descansar tras un día intensito o justo después de comer para apreciar el valor de las siestas. El armario, empotrado, lleno de ropa que tengo gastada de tanto usar o de la que ocupa espacio y nunca me acuerdo de ponérmela. Y en un sitio sin definir aún un cartel que dice "aquí vive una psicóloga", xD. Tampoco puede faltar un gran marco de fotos de familiares, amigos compañeros de... en definitiva gente especial a la que mirar de vez en cuando. Puff mira que la habitación está llena pero yo sigo añadiendo moviliario a mi dormitorio para sentirme agusto y, después de cinco años, en casa.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Ruido

Tenías razón la canción de ruido compuesta por Vega habla de la pérdida, del olor que se disipa entre las habitaciones de una casa, del lado del colchón vacío, de esa vela apagada por el agua, de ese eco que se consume en el aire. La pérdida de cuánto amamos, soñamos, creemos tener o poseímos en un tiempo pasado, una pérdida que sabe a derrota y que te deja con las manos mojadas y el corazón helado. Una pérdida sincera, que ahoga el alma y congela el pulso casi hasta dejarnos sin aliento. Todos hemos perdido algo, a alguien e incluso nos hemos podido perder a nosotros mismos. Sin embargo, en la pérdida hay descubrimiento porque nos permite valorar el significado de la soledad, el placer de estar con uno mismo aun sin mirarse al espejo, nos ayuda a sobreponernos, a saber que hay detrás de las sombras y los cristales rotos. Prefiero creer y de hecho me empeño en creerlo que perder es sinónimo de ganar en el lenguaje oculto de la vida.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Pensamientos en el paseo marítimo


Porque admiro a la gente que se pone el mundo por montera y decide ser feliz con tan poco.
Porque me encanta saber que aunque pase el tiempo hay relaciones que no cambian.
Porque disfruto encontrándome con pitufillos en el camino sabiendo que quieren quedarse.
Porque alucino con las personas que aceptan retos a nivel personal y profesional.
Porque tener miedo a lo desconocido, a aquello que a priori no es seguro, a aquello que pone en la balanza nuestra autoestima significa que es importante, que uno es humano y tiene los pies en la tierra y que no le importa asumir ese miedo y hacerse fuerte en el intento de conseguir ser mejor persona.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Indescriptible...

Vanidad, despotismo, soberbia, superioridad... machismo, como pueden unirse estas cinco palabras en el mismo contexto, en la misma historia, en el mismo instante cuando dos personas se encuentran. No tiene sentido reclamar lo que por derecho corresponde, cuando lo que duele es el alma y esa fiel compañera de viaje no se sana por derecho sino por deber moral. Cuando la duda nos corroe y el miedo nos impide avanzar, la supervivencia habla por si sola, se posiciona de un lado de la balanza y toma ella sola la iniciativa. De repente, aunque con el paso de los años, aparece ante ti la posibilidad de cambiar de dirección, abrir las ventanas para respirar, salir a la calle para descubrir que la edad no perdona pero siempre hay un hueco en algún rincón, dónde las heridas empiecen a cicatrizar, dónde el rencor de paso a la ilusión, dónde lo amargo se vuelva un poco más dulce y dónde la dignidad permanezca por encima de todo y custiodada por el respeto a lo humano, el valor más sagrado, la utopía de la decedencia.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Si dejo de escribir... desapareces

Hace tiempo que no me siento a componer, que se me olvida la melodía antes de que suene el compás... miedo, falta de tiempo, intento de olvidar, razones vacías o el corazón lleno... quien sabe, pero leía en un blog la frase del título y de repente me he visto escribiendo para evitar que desaparezcas.
Que el destello de luz no se apage, que el abrazo en la escalera no termine, que tus tickets sigan pagando mis copas, que tu mirada me acoja en silencio, que tus noches de insomnio me hagan olvidarme del sueño y que tu sonrisa alumbre mis noches a solas, que tu compañía me guié al dormitorio aunque te quedes en la habitación de al lado. Porque sin quererlo llegaste y te pido que todavía no te marches, que me dejes conocerte, que me permitas quedarme, que me insistas en que merecemos la pena, que me ayudes a quererme, que me hagas recordar-revivir-reexperimentar, que me enseñes lo que yo no sé, que me dejes que te muestre aquello que desconoces, que podamos (si las circunstancias lo permiten) descubrir cosas juntos. Aquí te espero, allí te busco, ahí te encuentro.