miércoles, 31 de octubre de 2012

Ensoñaciones...

Las doce de la noche de un día cualquiera en una casa que no es mía, tumbada en una cama de prestado, te pienso, lloro, existo... sin ti. Se pone a temblar mi alma acompasada por una respiración indecisa que no sabe si correr o frenarse en seco, dejar de ser, dormir, vivir... sin ti. Las lágrimas saladas de desesperación, de soledad caen por mi rostro, se derraman, continúan... sin ti. Busco consuelo para el corazón desolado, roto, desecho... sin ti. Acurruco mi cuerpo en unas sábanas con olor a limpio, me estremezco, dudo... sin ti. Me vence el sueño, la oscuridad me cautiva, me seduce... me abandono... sin ti.


Los primero rayos de la mañana se cuelan entre los huecos de los postigos, la lluvia suena de fondo, las campanas anuncian un nuevo día, huele a humedad y se siente el frío en el rostro al abrir en la ventana. Ha sido un mal sueño, existo, vivo, continúo, me abandono y tú siempre estarás ahí; calmando mi alma, secando mis lágrimas, haciendo latir mi corazón, arropando mi cuerpo. Eres etéreo e inmortal, sigues siendo a través de mí.



viernes, 26 de octubre de 2012

Siendo sin ser ni sabiéndolo.

No quiero a mi lado alguien que aprecie la lectura del mismo modo que yo pero sí a esa persona que apague la luz de mi mesita de noche cuando Morfeo me sorprenda con un libro en la mano. De nada me sirve que alguien tenga un don para encadenar palabras sino es capaz de sonrojarse al leerme entre líneas. 
Rechazo a cualquiera que defienda la Psicología como un dogma a no ser que se quede sin habla cuando desgrano mis casos sorbiendo una copa de vino. Desapruebo los madrugones por compromiso pero acepto a mi lado a alguien que me de los buenos días con un beso y siga durmiendo a pierna suelta. 
No quiero un obseso del deporte pero sí un amante de la vida sana. Me niego a aceptar una lealtad por obligación pero sí me gustaría una fidelidad por deber moral. Aborrezco a aquel que se empeñe en grabar los CDs de su coche a mi gusto pero sí que sepa darle al play con la canción adecuada. 
Detesto a quien hace del orden una forma de vida pero sí quiero que respeten mi manera tan cuadrada de soportar el caos del mundo. Descarto a quien pretenda que haya fuegos artificiales a diario pero admito como compañero a quien sepa sacarle brillo a la oscuridad. 

jueves, 25 de octubre de 2012

Congelando instantes

Ojalá se pudiese parar el tiempo, detenerlo a medio camino antes de que los acontecimientos hagan reacción en cadena y como un dominó puesto en fila empiecen a derrumbarse por un sólo soplo de aire.

Ojalá se pudieran congelar los instantes, meterlos en una botella de cristal y tirarlo al mar cómo los mensajes de los enamorados y que, en otra orilla a miles de km, alguien lo abra y le de continuidad.

Ojalá se pudiese detener el paso de la oruga a mariposa justo en el momento en el que la mariposa empieza a batir las alas y se siente en la otra parte del mundo.

Ojalá se pudiese decidir cuándo poner el punto y final a una conversación o a una historia, mucho antes de que se avecine el vendaval y las hojas corran por el pasillo como si del viejo oeste se tratase.

Ojalá se pudiesen convertir las personas por un segundo en máquinas a las cual desenchufar antes de que alzasen la voz o empezasen a destruirse por dentro como esos huracanes que dejan derruido todo a su alrededor.

Ojalá, insisto, hubiese una tecla secreta a la que echar mano en momentos de crisis, en los que el trueno de los ocho de la mañana te avisa que indiscutiblemente todo lo que mal empieza, mal continua y peor acaba. 

Entre parar el tiempo, congelar instantes, detener la evolución, convertir a las personas en máquinas o descubrir esa tecla secreta, hay millones de decisiones que se toman en décimas de segundo y que, por desgracia, no consiguen evitar que el dominó se caiga, que la mariposa renazca, que la conversación se acabe o que el huracán deje de destruir ciudades, personas y momentos.  

domingo, 21 de octubre de 2012

Tacita de plata


El viento sopla de frente, aclara las dudas, despeja los miedos, sacude las olas, aparta la maleza y nada ni nade lo detiene. El mar ruge como un tigre salvaje en mitad de la selva. Las presas acuden a los anzuelos comiéndose la fruta prohibida, enterrando su alma con aroma a sal. El sol brilla, alumbra los rincones, desata pasiones, calienta corazón rotos, sella momentos y alienta relaciones que perdieron el equilibrio. 


Atardece en la bahía de Cádiz, en la tacita de plata, en el malecón. Mientras que el sol se esconde entre las olas en el horizonte se siente cerca, muy dentro, la felicidad plena... sin sombras ni tinieblas sólo los reflejos de lo que pudo haber sido y, gracias a Dios, nunca llegó a ser. Atardece el otoño, ya se despidió el verano y se asoma discreto entre las rocas el invierno.



Abrígate amiga, caliéntate con el sol, 
protégete de las nubes y respira. 
Estás a salvo, pequeña, 
has vuelto a descubrir quién eres. 
Sé feliz.

miércoles, 17 de octubre de 2012


Después de escuchar la canción de Vanesa Martin "Si me olvidas" se me ha quedado la melodía rondando por la cabeza y no se me ha ido hasta que no le he dado forma a una poesía: 

No te quedes a mi lado 
que me sobran tus mitades, 
no reniegues de mis besos 
cuando tu boca yo rechace. 
Que este cuerpo que no es mío
ya no sabe de verdades 
que se muere cuando hace frío 
por tu culpa soledades. 

http://www.youtube.com/watch?v=5hmtw0fM90c

We didn´t have enought time


No tuvimos tiempo, ni tu ni yo, ni nosotros... se deshicieron cada una de las piezas del reloj que daban el sonido a tu vida, cada una fue a parar a un rincón de la habitación que se quedó desolada reflejando en cada una de sus esquinas el dolor que no me atreví a mostrarle al mundo. Ese dolor que guardé en mis adentros sólo para mí, sólo para ti, sólo para nosotros; que supe sublimar y convertir en una maravillosa carta en la que derramaba una afirmación rotunda "fuiste el mejor, al menos para mí". 

Sentirse sola es buscar a mi alrededor en los momentos importantes o en los pequeños instantes y no verte ahí, orgulloso, cabreado, riendo o llorando, estando... siendo... dejándome ser. Es descubrir por la calle un aroma familiar, girar la cabeza buscando tu mirada y encontrarse de frente con los ojos de un extraño. Sentirse sola es ver en las fotos el paso de los años y que a mi lado quede un hueco que debiera ocupar tu silueta.

Menos mal que me queda un refugio para los días en los que sólo me apetece huir. Ese refugio me acerca a ti, me hace creer que el cielo sigue estando en la tierra, que cada bellota que se cae al suelo es una lágrima que te ahorraste al irte sin más y que cada flor de la encina al nacer es la sonrisa que me echas cuando crees que estoy empezando a ser feliz. Un refugio en el que soy capaz de despotricar del reloj hecho pedazos y de la soledad y maldecir a viva voz sobre las encinas sin que nada ni nadie me lo impida. 

        ... llegará el día en el que sepa vivir sin ti... en el que deje de sentirme incompleta...

sábado, 13 de octubre de 2012

Monedas al aire



Es verdad que no se acaba, que todo vuelve transformado en viejas sensaciones en algo que resulta familiar pero que a la vez es desconocido. No hay nada cómo mirarse al espejo, de frente sin vacilar, para descubrir aquella eterna cicatriz que te conecta con el dolor del pasado. La indiferencia con la que observabas tu sombra en los ojos de los que tenías por compañeros de farra y que salieron huyendo cuando al lanzar la moneda salió cruz. Porque el olor del desengaño es similar al que se siente cuando se pone toda la piel en algo y se fracasa, uno se siente como si siempre hubiese hecho las cosas mal como si nunca hubiese tenido tino ni a la suerte de su lado. Retar a la vida con el único objetivo de ser feliz sin dejarse derrotar por el hecho de nunca haberlo sido, por no haber tenido a la “sonrisa siendo la dueña de tu rostro”. Sentirse con fuerza de volver a lanzar la moneda y que esta vez el destino se alíe con la suerte y acabe saliendo cara… es hora de seguir, aun hay  motivos de peso para continuar…