jueves, 21 de junio de 2012

Tus ojos desprovistos de vida han aprendido a mirar el mundo en blanco y negro, sin brillos ni matices con muchas sombras y pocas luces. Tu manera de caminar con la cabeza gacha haciéndote pequeño, dando pasos sigilosos para no hacerte notar y pasar desapercibido. Tus brazos cruzados en tu pecho en posición de defensa protegiéndote de los demás por miedo a que te conozcan y acabes sintiéndote vulnerable. Tu voz monótona sin énfasis como no queriéndole dar importancia a lo que cuentas como si las palabras por no ser pronunciadas con rotundidad dejasen de tener sentido o de ser sentidas. Tu piel falta de sentimientos porque los conseguiste ocultar en el cajón del dolor cerrándolo a cal y canto con la llave del olvido. 

Todo tu cuerpo y todos tus gestos, no mienten y hablan por sí solos me cuentan que necesitas abandonar la dicotomía del todo o nada y esa vida de excesos que te llevó a perderte a ti mismo. Me muestran que te da pavor abrirte en canal y mostrarte a pecho descubierto que sientes más que nadie y que sufres como todos. Me confiesan que necesitas creerte lo que hablas para que cale en tu corazón sin pasar por tu cabeza que necesitas confiar en ti y quieres que yo también lo haga. Tus ojos, tu forma de andar, tus brazos, tu voz, tu piel...te descubren, echan por tierra tu coraza, destruyen tu muralla, hacen ceniza tu careta, te desarman.