miércoles, 6 de abril de 2011


Sé que estás ahí, detrás de esa sonrisa tímida y en ocasiones distantes, detrás de ese escudo que te protege de los demás, sé que tu mirada brilla cuando miras una flor aunque apenas te alcance la vista para ello y que eres capaz de descubrir la maravilla de la naturaleza. Sé que te agarras a mi brazo, que confías en mí sin apenas conocerme, pues me dejas ser tu guía y me enseñas a hacerme pequeña cuando estoy a tu lado. Trazas líneas, coloreas recuadros, transformas mi día, me devuelves la sonrisa y me haces creer en el poder de la magia. Te inclinas, me miras y yo descubro que aún queda algo de lo que fuiste en un tiempo pasado aunque yo ni siquiera te conociera.


Puede que tus neuronas estén siendo arrasadas, pisoteadas y obligadas a no responder a una señal y puede que tu cerebro ande jugando al escondite con la vida y la muerte pero sé que hay algo grande detrás de todo ello, que eres capaz de iluminar un día gris, de hacer menos caluroso los primeros dias de primavera, sé que en tu ser queda ilusión por ganarle la partida a la vida, por triunfar por encima de cualquier dificultad y sé que todo lo que tienes ahora no le hace sombra a todo lo que eres.


Quiero seguir viéndote crecer hacia atrás para yo poder crecer hacia delante, para hacerme grande cuando tu empieces a ser pequeña de nuevo; quiero que me permitas darte la mano y acompañarte para que me enseñes cuánto de bueno hay en que los dias vayan hacia atrás, para que me expliques que en la pérdida siempre hay algo que queda conservado, los sentimietnos más puros, la lealtad más sagrada, el respeto por la vida y las ganas de seguir amando.

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