lunes, 21 de marzo de 2011

"Hay tantas cosas que no son buenas"

“Hay tantas cosas que no son buenas” decía más para sí misma que para su interlocutor, sabía que se estaba arriesgando a provocar una de esas conversaciones que duelen y que no pasan desapercibidas así cómo así, por ello haciendo uso de su retórica más enrevesada consiguió hacerle hablar, desnudar su alma y confesar que una de esas cosas no tan positivas es la soledad… Compañera de viaje en muchos momentos de la existencia, a la que odiamos profundamente cuando es impuesta y a la que deseamos fervientemente cuando la vemos como la mejor solución a nuestro desastre interior. Esa que nos permite tomar distancia de los problemas, analizarlos como si no estuviéramos inmersos en ellos y la que incita a tener un duelo con nosotros sin que nadie más esté presente. No es que la rechacemos conscientemente es que la anhelamos inconscientemente porque nos permite pensar con claridad, en una habitación con la única compañía de uno mismo. Tampoco es fácil aceptarla, muchos ni siquiera saben de su existencia, por suerte o más bien por desgracia, ignoran la maravilla de su presencia y huyen de ella para no enfrentarse a la realidad, su realidad. Es duro estar solo, pero es más duro sentirse solo, no tener a nadie con quien compartir tus sinsabores o tus triunfos o no encontrar ese “otro” en todas las personas que te rodean. Puedes retarla, puedes pisotearla, puedes incluso hasta vencerla pero nada ni nade te impedirá que te cruces con ella un instante para que aprendas a valorar lo que tienes, lo que eres y lo que sientes estando contigo mismo a solas.

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