miércoles, 21 de septiembre de 2011




Cuando bajaba la escalera he estado a punto de resbalarme y por arte de magia mis neuronas han empezado a conectar recuerdos y una imagen se ha quedado fija en mi retina tan real como si la estuviese viendo justo en ese momento. Una tarde de verano muy calurosa estaba sentada en una cafetería con una buena amiga, absorbiendo a sorbos pequeños una conversación sobre el ayer, los mismos temas de siempre que hacían que el café se alargara durante horas. De repente, como si el cielo se hubiese cabreado con su peor enemigo empezó a caer un gran chaparrón. Mientras estábamos viendo llover con la seguridad que da está bajo techo, los rallos interrumpían la conversación y hacía que nos mirásemos asombradas analizando cómo era posible tal tormenta en pleno mes de julio. Una auténtica gozada disfrutar de los caprichos de la naturaleza con una conversación pausada, íntima, como si las agujas del reloj se hubiesen caído a la basura y nada ni nadie pudiese cortar aquella complicidad. Por cada crujido del cielo en forma de trueno un escalofrío nos recorría la espalda, con disimulo subiendo hasta el mismísimo cuello y se transformaba en miedo, un miedo como el de los niños que nos hacían abrazarnos cuando se iba la luz en casa. Ahora... cuando el verano ya está dejándole un hueco al otoño, me pregunto en qué cajón de mi memoria se guardaran esos preciados recuerdos que hacen que no deje de soreir por saber que hubo alguien, al otro lado de la mesa, dispuesta a disfrutar de un café de horas en compañía de una tormenta de verano.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Ella, la flor más bella del jardín

Era una sensación casi unánime en el Centro de Día, una mezcla de desazón y desconsuelo con pequeñas dosis de incertidumbre. Nadie podía haberse imaginado cómo de la noche a la mañana iban a tener una baja, sin previo aviso, sin nada que hicese suponer tal decisión, cómo era posible se planteaban todos los que estaban allí... De lejos se oían comentarios hirientes sobre tal desaparición, ella, la flor más bella del centro, había sido trasladada a un asilo, a una ciudad distinta por una carretera de curvas y baches como los que le esperaban al llegar a su destino.




Un cuarto desconocido, sin rastro de viejas historias, sin nada familiar a lo que aferrarse en un momento de lucidez, una cama que en nada se parecía a la suya, una mesilla de noche con una lámpara con una luz ténue y una mecedora que tenía su propia melodía incorporada y que le recordaba, eso sí, a la que tenía en su casa cuando era niña y su madre la mecía para que se durmiese tranquila. Grandes pasillos, blancos sin rostros de vida, y un comedor con caras desconocidas que a los pocos dias se volverían vecinas e incluso amigas.




Lo mejor de todo aquello, para ella, era el jardín con un aroma particular y flores de todos los colores, tamaños y formas. Era espacioso, tenía bancos en los que compartir charlas y confesiones. En ese rincón, apartado de la realidad inmediata, se sentía viva, podía recordar cuál había sido el motor de su existencia y cómo podía disfrutar de nuevo hogar, alejada de todos los miedos y dejándose invadir por una nueva felicidad, volver a nacer a los 78 años.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Rondeña, taurina y artista

Nadie como ella suspende en el alma su sentimiento para abandonarse a la esencia de las calles rondeñas dónde el ayer y el hoy se dan la mano en cada plaza, en cada monumento, en cada pisada del caminante que dejó su huella en la ciudad soñada.

Nadie como ella es capaz de disfrutar de una buena corrida, de valorar el arte del toreo, de apreciar la pureza, la inspiración y la profundidad de un genio que se deja la piel mientras pisa con garra de fiera y temple de artista el albero de la plaza grande.

Nadie como ella es capaz de darle un capotazo a unas alegrías y dejar prendido en el aire un quejido de voz mientras ahoga en la garganta un suspiro cuando se arranca de las entrañas una soleá.

Nadie como ella es capaz de aúnar pasiones y de decicarle cada minuto de su existencia a ser simple y llanamente rondeña, taurina y artista.