Había algo en el cielo que me hacía subir la mirada y fijarla en el firmamento, una luna llena llamaba mi atención por su resplandor, su fuerza, su tamaño. Se escondía detrás de unas nubes tímidas, inseguras y grises. Se acumularon más nubes pero la luna seguía detrás, brillando con luz propia.
Reflexionando un poco he llegado a la conclusión de que las personas a pesar de que muchas veces sentimos el peso de la tristeza, la apatía y el desánimo somos capaces de brillar, de reponernos, de levantarnos y desafiar al calendario que parece que está en nuestra contra.
Fenómenos como el "Tránsito de Venus", reflejado en la foto, hace que nos demos cuenta de que a pesar de que en el día a día haya millones de nubes negras que nos impidan ver con claridad hay que seguir luchando, sonriendo, arriesgando... al menos dos meses más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario