sábado, 3 de noviembre de 2012

Alta tensión...

Te busco en una noche de recuerdos delante de una copa pero no estás bajo el mismo cielo. Tú me buscas en una tarde de lluvia en otoño y propones un café, una cerveza… un encuentro. Acepto, tiemblo, pienso de más, acudo… Me refugio en el paraguas, me protejo de ti, me besas en la cara. Hace frío y buscamos el abrigo de un bar de pueblo. Retomamos conversaciones atrasadas, nos ponemos al día de los días en la distancia. Me río de tus colores en las mejillas, te sonrojas si te pregunto por el tiempo pasado. Pasamos de una conversación a otra, de las soledades obligadas, a los amores de antaño, de un "no estoy preparado" a un "te deseo, aquí y ahora". "Mejor lo dejamos para otro día" propones de palabra pero tus ojos no están de acuerdo porque brillan, me miran de reojo y me buscan. Me acerco, me huyes. Tienes miedo, lo sé. Te reto a aguantarme la mirada y afirmas que eres capaz de hacerlo hasta sin pestañear, ¡qué valiente eres al sostenérmela!. Te ves poca cosa o demasiado para mí, en la incertidumbre de saber si somos mejores amantes ahora que antaño, si estos años de desencuentros forzosos y de amores a deshoras nos han hecho ser más pasionales o más racionales. "¿Por qué sí?" preguntas, "¿por qué no?" respondo a la velocidad del rayo mientras tú silencias la respuesta a cambio de miradas intensas. Me intentas besar en la mejilla cuando estoy girando la cara, me besas o me dejo besar, respondo, no te dejas, me frustro… Mi voz se entrecorta, me notas enfadada, oculto mi enfado con una sonrisa, te miro y hago como que no ha pasado nada. "¿Te apetece acompañarme?", me preguntas, "he quedado". Te llevo de vuelta a tu realidad mientras voy pensando en la mía. Me llamarás, lo dudo, responderé poniendo tierra de por medio delante de otro café compartido, a solas, los dos cada uno con sus miedos, posponiendo un deseo o sólo aumentándolo, o marchitando pasiones, quizás, por qué no… 

1 comentario:

  1. Mientras leía, he sentido el frío, el calor, la inquietud, el revuelo de emociones, las miradas de los dos...

    Esta frase me encantó: "Me refugio en el paraguas, me protejo de ti, me besas en la cara".

    Y ese final, tan ambiguo, sin dejar claro (como en todo el texto), si ella se atreve a revivir el pasado, o prefiere seguir dejando las cosas tal cual están...

    Muy bonito, Melodía ;)

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