miércoles, 21 de noviembre de 2012

Espadas mágicas que derrotan lo que no existe

Lo peor de encontrar una casa en la que todas las personas están en silencio es que los pensamientos se vuelven más audibles y esas voces traicioneras hacen eco con las paredes de cada habitación. Lo más desagradable es que cuando fuera está el mar en calma una ola interior es capaz de arrasar con toda la paz. Lo inesperado de un tiempo sin alboroto externo es que el vaivén de las dudas y los miedos deja las aguas internas removidas. 


No hay que esperar a que el mundo se pare para sosegarse por dentro, para retroceder a tiempos mejores o para darle la espalda a los recuerdos. Esos recuerdos son los que se empeñan en hacerse presentes justo a tiempo para que tengan voz. No hay que dejarse vencer por los fantasmas sino combatirlos con la espada mágica que derrota hasta lo que no existe. Los fantasmas son viejos enemigos del pasado que se creían vencidos pero que aparecen a la vuelta de la esquina. 

Hay que proponerse darle menos voto a los pensamientos o silenciarlos con música que sane el alma y se alíe con la paz interior. Hay que aterrizar con los ojos bien abiertos en el aquí y en el ahora, echar un vistazo a lo conseguido y dejarse invadir por esa melodía que hace que los recuerdos se volatilicen y que los fantasmas sin fuerzas vuelvan a esconderse debajo de la cama. Hay que plantarle cara a las emociones que suben y bajan sin control a base de golpes de realidad, de presente, de verdad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario