Me parece mentira pero ya llevo un mes aguantando el tirón, la lucha diaria contra las siete carpetas que componen el temario, hoja a hoja, tema a tema, bloque a bloque porque como dice el Barrio en una de sus canciones "cuando me entrego tengo la manía de entregarme en cuerpo y alma". Ha sido un comienzo gradual, la primera semana aproveché las horas en las que mi mente estaba más activa para ir haciéndome el cuerpo a los madrugones y al hecho de tener que mantener la concentración procurando dedicar gran parte de la tarde a desconectar con esos cafés de tres horas. La segunda semana prolongaba un poco el horario hasta media tarde... aunque dejaba un hueco para disfrutar de la hora de la siesta. En estas dos últimas semanas he conseguido sacar casi ocho horas de estudio al día, o algunas menos si no estaban siendo de calidad. Nada de esto hubiera sido posible sin los descansos merecidos a media mañana y a media tarde, siempre acompañado de música, internet y un poquito de comida para recuperar energía. Dormir 8 horas, descansarlas hasta que "sonara el despertador" (el olor a café recién hecho), como no una buena dosis de spining y GAP a última hora de la tarde y mis series favoritas entremezcladas a lo largo del día. Me veo con fuerzas, con ganas pero sobre todo con motivación para seguir así tres meses más, intentando luchar con las programaciones a veces innecesarias pues el mejor marcador del ritmo es el que el cuerpo necesita y es capaz de llevar sin morir en el intento pero como dice Antonio Gala "en el intento de conseguirlo al menos me aproximo", no busco adaptarme a la programación al 100% ni llegar a finales de Enero habiendo dado una vuelta a todo, sería una locura además de un esfuerzo innecesario porque lo importante no es la cima sino recorrer el camino, aproximarse a la meta, disfrutar de cada trastorno, cada terapia, cada curiosidad... sin olvidar que estoy sumergiendome en la mente de las personas, con sus historias, sus temores, sus frustraciones y la consecuencia de como ellos han percibido lo que han vivido... así todo tiene más sentido... así para mí todo es más fácil. Dejamos el sudor y las lágrimas para otro momento, prefiero quedarme con lo bueno, con lo que me está aportando a nivel personal cada hora sentada en esa silla que parece la continuación de mi cuerpo.
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