lunes, 5 de octubre de 2009

Anhelada ilusión

Cuando anhelamos tanto algo, nunca vemos llegar el día en el que podamos acariciar con la punta de los dedos ese deseo. Hacerlo realidad se convierte en un camino con subidas escarpadas y explanadas que se hacen eternas. Se convierte, como la vida misma, en un recorrido personal hacia la realización de nuestro sueño. La ilusión de creer en eso que anhelamos se convierte en motor incansable que guía nuestros pasos y nos acerca poco a poco, a la realidad soñada. No podemos dejar escapar un sueño aunque sintamos que nos faltan las fuerzas. Recargemos con esperanza las pilas y luchemos, sin prisa, por tocar aunque sea por casualidad algo similar al deseo.


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