
Dame un segundo para respirar hondo sin sentirme presa del suspiro que se ahoga en mí, para acallar las voces que andan apresando a mi imaginación.
Dame un segundo para olvidarme de pensar en lo que vendrá, para agarrarme al aquí y al ahora sin miedo a tener la sensación de vértigo ante la inmesidad.
Dame un segundo para cerrarle la puerta al mundo, para aliarme con la luna sin traicionar al sol, para sumergirme en la pasión sin aprisionar a la razón.