Viajé al centro de la tierra buscando un refugio en el que calmar inseguridades
Ericé mi piel bajo la lluvia chapoteando fracasos esperando el ocaso
Inventé mecanismos imposibles para saciar la escalada de pensamientos
Nublé mi vista al caer el sol para abrazar en el faro un dulce atardecer.
Titubé entre las rocas acercando mis pies al ritmo de tus latidos
Ideé mil cómos, dos mil cuándo y tres mil por qués acabados en ti de mí
Doblé verdades y tripliqué motivos de más que resultasen sinceros
Obligué a las caricias a hacerse letras en lugar de acordes sin música
Saboreé la sal de tus lágrimas en anocheceres cansados de nadar a contracorriente.
Maldije la rutina de trabajo sin respirar en tu almohada al brillo de la luna
Estrujé el calendario hasta colorearlo en verde esperanza de encuentros de dos
Suspiré cada viernes, de cada semana, de cada visita, de cada yo en ti y tú de mí
Elegí el ser en esencia, el descubrirme en tu mirada radiante de felicidad
Subí al faro hasta divisar el paraíso navegando en alta mar.
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