Recompuesta, reestructurada,
recosida, remendada frente a las
noticias desagradables a bocajarro, los fantasmas impertinentes y los temblores
controlados aun con ardor.
Contraatacada, contradicha,
contrapuesta, contrariada frente a la imposición determinada, el cambio lento y
pausado y los abrazos interrumpidos aun con clamor.
Indecisa, incoherente, inhumana,
invadida frente a las injusticias cometidas, la agresión descalza a hurtadillas,
los temores moribundos y los gritos ahuyentados aun con pudor.
Asistida, atendida, aliviada,
arropada frente a la rabia contenida desbordada sin querer, la verborrea mental
de conexiones interminables y las lágrimas derramadas aun con rubor.
Sutilezas sin grandeza ni
indecisión, muros indestructibles sin hormigón, ramas entrelazadas sin soporte
real, frecuencias moduladas sin transistor, objetos imposibles sin inventor ni
detractor, compañía transversal sin contacto visual que desnuda, remienda,
contraría hasta acabar arropando, envolviendo, disipando, calmando el revuelo,
la rebeldía, la desconfianza, la intromisión y la desazón; hasta finalizar
descosiendo heridas, reestructurando pensamientos, contradiciendo a los
fantasmas, invalidando temores y asistiendo a la debacle de las lágrimas que
acaban por ser derrotadas por las sonrisas sinceras, esperadas, reales, de
verdad.
Qué deliciosa poesía la tuya, no me canso de decirlo. Es pura armonía para mi alocada razón.
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