Hacía tantísimo viento que se me han volado hasta los miedos, cómo de una máscara de la que te desprendes al quitarte el maquillaje y me he quedado liviana sintiendo el
vacío que deja lo que ya no está. He sentido como se iban, mis miedos, uno detrás de otros, en final india y sin rechistar y me han sorprendido las hojas que se caían de los árboles simulando un nuevo despertar.Me he agarrado con fuerza a mis zapatos implorándoles que se afianzaran bien al suelo y sintieran mis pasos al caminar, resistiendo con entereza el vendaval.Tal es así que la brisa me ha regalado una caricia al recorrer todo mi cuerpo como si de un hombre tímido y sigiloso se tratase y hasta la ilusión ha acabado por anidarse en mi pelo.
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