viernes, 20 de enero de 2012

"Entre aguas de cielo, yo no sé por donde mis ojos te vieron"

Con mi voz entono un fandango
con cierto desdén amargo
que ahoga mi soledad
entre el gentío de esta bendita ciudad.


Por tus besos a deshoras
por tu mirada de torero
y por tu alma de picaó
que ha tirado por la borda
esta bonita historia de amor.


En tu tejado dejé la llave del éxito
y no la quisiste ni buscar
por eso entre suspiros me derrito
y me obligo a no dejarte más entrar.


Derramo gotas de sabia certeza
que apartan de entre la maleza
la esperanza de volver amar
y tener a mis pies una razón para soñar.


Niño, que yo no lloro por cualquiera
y tu para mí ya no eres siquiera
alguien por quien merezca la pena
dejar de ser en este mar sirena.

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