Dentro de esas cuatros paredes ves el mundo distinto, con otro mirar, te atacan las inseguridades y te acechan los miedos, sientes frío y una presión en la base del cerebro... Detrás de la puerta, el mundo estará a tus pies y seguirás siendo esa eterna luchadora incansable y tenaz. Abre la puerta y deja pasar el aire fresco, deja que se oxigene el alma, sólo así la soledad desaparecerá con la brisa y la lluvia matará al desánimo...
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